(Episodio 42) Diocleciano y Galerio en el Danubio: Campañas y victorias

Relieve perteneciente al arco del Galerio, en Tesalónica. Consagrado en el 303 dC para conmemorar la victoria contra los persas.
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Hoy nos vamos con Diocleciano y con Galerio, su césar, al Danubio a hacer frente a sármatas y a carpos, pero también a reconstruir campamentos y fortalezas, a asegurar las líneas defensivas, a reubicar poblaciones, a firmar tratados y también a crear y administrar nuevas provincias. 

Todo a lo largo de un proceso que duró prácticamente 20 años, y que se vio interrumpido, como es natural, por la necesidad de atención de los otros dos puntos conflictivos del oriente romano, que son Egipto y la frontera con Persia. De esta manera, las campañas danubianas de los tetrarcas se verán continuamente interrumpidas por rebeliones, usurpaciones y guerras en otras regiones, lo que obligará a los tetrarcas a turnarse en las diferentes tareas militares y administrativas, tal y como Maximiano y Constancio tenían por costumbre en occidente.

Este es el planeamiento del episodio de hoy. Hablaremos de guerras y campañas, hablaremos de política, de tratados y de acuerdos en este capítulo 42 de EODR que espero que sea de tu agrado

(Episodio 41) Polvo, sudor y hierro: El ejército romano durante la tetrarquía

Soldados romanos durante el sitio de Verona, Arco de Constantino, 315.
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Bienvenidos a un nuevo capítulo de EODR.

Tras el análisis geográfico y antropológico del capítulo anterior, en donde nos sumergíamos en la vida cotidiana y en las costumbres de pueblos y gentes del Danubio (romanos o no), hoy nos vamos de campaña.

Hoy hablamos del ejército romano durante la tetrarquía, y para hacerlo, no nos meteremos en la ruda piel de un legionario sino, más bien, en la desgastada túnica de un erudito. 

Así es, ya que vamos a hacer un recorrido por la historia del ejército romanos desde los tiempos de la Pax Romana para después adentrarnos en esos años de hierro que supusieron las décadas centrales del siglo III, con sus invasiones, sus epidemias, su crisis política y sus tribulaciones sociales y religiosas. 

En todos estos momentos estuvo presente un ejército en constante evolución, y que tuvo su bautismo de fuego en la llamada anarquía militar del siglo III, tras la cual aparecerá una milicia que será muy distinta de la que todos tenemos en mente, y que tendrá en las reformas de Diocleciano el toque final para convertirse en ese ejército tardío que servirá a las órdenes de Constantino y los grandes emperadores, caudillos y oligarcas de los siglos IV y V.

Un episodio complejo, amigos, pero también muy necesario, si queremos comprender la actuación de los tetrarcas en los campos de batalla a partir de ahora. 

Hace buen tiempo, no hay lluvia en los campos ni barro en los caminos, las calzadas están limpias y en buen estado, los puentes siguen en pie tal y como cuentan los últimos informes de nuestros ingenieros. Amigos, hoy, hace un hermoso día para ir a la guerra.